El colapso: El fin ha comenzado
- Elizabeth Palma Preza
- 20 mar 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 feb
El colapso (L'Effondrement), la nueva serie de televisión francesa nominada al premio Emmy a la Mejor Película de Televisión o Miniserie que analiza lo que pasaría si la civilización colapsara por falta de recursos mundiales.
Es una serie de ocho mini episodios con historias independientes de ciudadanos franceses a días posteriores y anteriores al colapso, en el se muestran situaciones específicas de sus personajes, de los cuales no tenemos mucha información y de su reacción en masa por el colapso, cuyas causas armas poco a poco en tu cabeza, de manera muy limitada. Las historias se sitúan en días cercanos al colapso en escenarios completamente distintos unos del otro, con una increíble secuencia y una velocidad lenta comparada a la rapidez y facilidad con la que las películas americanas retratan futuros postapocalípticos.
La tensión en la trama
Una de las fortalezas de la serie es cómo maneja la tensión. Cada capítulo introduce situaciones específicas, desde la escasez de alimentos hasta el caos social, donde el espectador es dejado en la misma oscuridad que los personajes. El guion no entrega respuestas fáciles ni proporciona momentos de alivio, lo que hace que te sientas igual de desorientado y frustrado como los propios personajes.
Esta estrategia genera un alto nivel de empatía y un estado de pánico que te mantiene al borde del asiento.
Además, la serie evita caer en los clichés del héroe o el villano. Los personajes son multidimensionales y complejos, lo que les permite tomar decisiones equivocadas o acertadas, pero siempre dentro de un contexto de desesperación y supervivencia. Este enfoque no simplifica la moralidad, sino que ofrece una representación más honesta de las decisiones difíciles que todos enfrentan en tiempos de crisis.
Este conjunto de historias no aborda el escenario postapocalíptico de manera tradicional, ya que el ritmo le permite transportar al espectador al escenario dejándolo en el mismo estado de pánico que todos sus personajes, te transporta dentro del apocalipsis con aspectos desde el manejo visual de las imágenes como en el uso de sus ambientes, sonidos y de la colorimetría aplicada.
El manejo visual de El Colapso es impresionante, utilizando la colorimetría y los sonidos para sumergir al espectador en un ambiente opresivo. La serie crea una atmósfera de claustrofobia y miedo a través de sus ambientes, que no solo son funcionales para la trama, sino que también aportan al sentimiento general de caos y desesperación. Cada elemento visual y sonoro está diseñado para intensificar la experiencia emocional de la audiencia.
Lo que realmente distingue a El Colapso de otras producciones de temática apocalíptica es su enfoque realista. En lugar de centrarse en eventos catastróficos grandiosos o en heroicas batallas por sobrevivir, la serie examina las reacciones humanas frente al colapso: la incertidumbre, la traición, la desesperación y la moralidad fluctuante. Todo esto lleva al espectador a reflexionar sobre las posibles consecuencias de un mundo sin recursos, donde los sistemas que damos por sentados comienzan a desmoronarse.
Reflexión sobre el Futuro: Una Historia Cruda y Realista
El colapso, es una serie estupenda, con una gran aceptación por parte del público, quien afirma que esta da pauta para reflexionar las situaciones utópicas basadas en posibles escenarios futuros de la humanidad. Es ideal para entretenerte un largo rato y conocer un enfoque diferente a un futuro de catástrofes, que se siente mucho más realista y crudo.
No solo es un thriller de alta tensión, sino también una invitación a pensar en el futuro de nuestra sociedad y en cómo reaccionaríamos ante la falta de recursos básicos. La serie provoca una reflexión profunda sobre nuestra dependencia de sistemas globales y nos deja con una sensación de inquietud sobre lo que podría pasar si todo se viniera abajo.
Una excelente recomendación para quienes buscan una serie que no solo entretiene, sino que también hace pensar. Con su enfoque crudo, realista y humano, es una de esas producciones que no se olvida fácilmente y deja una huella duradera en el espectador.
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