El problema con Ginny and Georgia
Actualizado: 28 may 2023
El reciente estreno de Ginny and Georgia, una comedia dramática original de Netflix, tiene al público con sentimientos encontrados en torno a la serie, que cuenta la vida de una madre soltera y sus hijos, Ginny y Austin, quienes llegan a un nuevo vecindario enfrentándose a un nuevo comienzo y una mejor vida en unos tranquilos suburbios americanos.
A pesar de que el público más joven parece complacido con la entrega, en especial con los personajes de Marcus Baker, vecino de Ginny, la protagonista de la serie, y Maxine, hermana gemela de Marcus. Sin embargo, parecen desalentados con el uso de recursos humorísticos exagerados y la manera tan desconectada en la que el show plasma la sensación real de ser adolescente.
Un punto débil de la serie sin duda es el mal uso de las redes sociales, la inclusión de estas resulta un tanto forzada en algunos capítulos, pues a pesar de ser utilizada para relatar situaciones en la vida de Ginny con las que ciertamente te puedes relacionar, muchas interacciones rayan en lo burdo y embarazoso en algunos personajes como el muy criticado Hunter, interés romántico de Ginny, que ciertamente cumple con todos los clichés de un chico adolescente en perspectiva de un adulto, cuyas escenas son sin duda dolorosas de ver para el público espectador.
¿Menos de Ginny?
Por otra parte, está el personaje de Ginny, quien tiene escenas sumamente buenas pero que como personaje resulta ser todo menos carismático al no tener metas concretas y al basar su personalidad únicamente en sus "problemas" y en ser el centro de atención. Su personaje sin duda logra una sensación negativa por parte de la audiencia, al contrario de su madre Georgia, quien se perfila como una de las favoritas del show al sentirse real gracias a la excelente interpretación de Brianne Howey, que aportan humor, vulnerabilidad y profundidad a la trama en todo momento, provocando empatía y cariño incluso por los jóvenes espectadores.
Si bien, la serie en general cuenta con buenas actuaciones y una trama fácil de ver, así como con momentos con los que puede relacionarse con el público, carece de conexión con la generación Z y puede resultar absurda y poco profunda para espectadores mayores. Resulta muy fácil compararla con entregas pasadas como Atypical y Gilmore Girls y terminar perfilándose muy por debajo del nivel de dichas entregas por su historia poco profunda y sus muy latentes errores al no logra conectar con su público y caer en lo absurdo en algunos de los personajes.
Ginny resulta ser el punto más débil de la historia, pues sus actitudes injustificadas llegan a molestar al espectador en cada uno de los capítulos cayendo en el cliché del adolescente incomprendido que no tiene ningún problema real o justificación en sus actitudes. Inclusive uno de sus diálogos se viralizó al ser un comentario misógino hacia la compositora, escritora y cantante Taylor Swift, lo que da una imagen negativa a toda la serie que inicialmente prometía ser inclusiva, fresca y feminista.
A pesar de que estos errores pueden ser corregidos y llevarla por un buen camino gracias a la viralización de la serie en redes como TikTok, es esencial cambiar el discurso superficial y en ocasiones machista de uno de los personajes principales, Ginny, quien no logra ser el ícono feminista que promete sino un personaje poco empático con prejuicios marcados y una actitud sumamente cuestionable.
Es una entrega fácil de observar, con muchos errores que corregir para perfilarse como una buena serie adolescente que compita con las comedias dramáticas disponibles en las plataformas.
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